Me encanta trabajar con ellos porque su aportación es extraordinaria.
Debido a la presión de los exámenes, tareas escolares y todas las expectativas que están puestas en ellos, se encuentran bajo muchísimo estrés y les viene muy bien ejercicios que les ayuden a conectar con su interior para que sean más conscientes de lo que pasa por su cuerpo en todos esos momentos de estrés.
Hoy comparto con vosotros un ejercicio que me va muy bien en mis clases de niños de 7 a 12 años y, por supuesto, los adolescentes mucho más. En realidad, este ejercicio lo he probado con todas mis clases, incluso con los niños más pequeños y lo cierto es que, aunque ellos aún no entiendan mucho del procedimiento y el por qué del ejercicio, les ayuda a tomar consciencia de su cuerpo y su interior.
El ejercicio está sacado del libro de Luis López González "Meditación para niños. En paz me levanto, en paz me acuesto."
Es un libro muy práctico, está lleno de buenas ideas pero este ejercicio en concreto me llamó mucho la atención porque es muy visual y sobran las palabras. Pura meditación en movimiento, el tipo de Mindfulness que mejor me resulta en mis clases.
El ejercicio se llama "El somatograma"
Materiales necesarios:
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Folios con el contorno del cuerpo dibujado, dos a ser posible para que así distingan la parte de delante de la de atrás. |
Lápices de los siguientes colores: rojo, marron, gris, verde, azul.
Todos estos materiales se pueden meter en la "mindful box" y así pueden recurrir a ella cuando necesiten un momento para desconectar.
Cuando vayan a hacer el ejercicio es conveniente que cierren los ojos y hagan unas tres respiraciones para empezar a conectar con su interior. De ahí que empiecen a notar cómo está su cuerpo. Se empieza por los pies y vamos subiendo poco a poco.
Según vayan notando sensaciones usarán los colores para colorear esa zona.
El verde: para pintar sensaciones positivas en el cuerpo (serenidad, equilibrio, tranquilidad....)
El marrón: para pintar sensaciones negativas ( molestia, dolor, tirantez....)
Las sensaciones que no son ni buenas ni malas se colorean de gris.
Ahora volver a hacer un recorrido por todo el cuerpo para notar zonas frías y otras de calor.
El azul será para las zonas frías y el rojo para las zonas en donde nota calor.
La cabeza es un órgano del cuerpo donde pasan muchas cosas, le tenemos que prestar la atención necesaria y éste es un momento excelente para tomar consciencia de lo que pasa por la cabeza. Se siente pesada como un hipopótamo o ligera como una pluma? Cómo son los pensamientos que se cruzan por nuestro camino, positivos, negativos, repetitivos....?
Y el corazón? Lo notamos abierto, sereno, encogido, triste....?
No olvidar prestar atención a la parte de atrás del cuerpo, la espalda y el cuello también son unas partes del cuerpo donde los adolescentes acumulan mucha tensión y estrés. Es bueno que se den cuenta de sus dolores, de esa manera pueden poner mejor remedio.
A veces hacemos las cosas de forma automática, sin pensar en cómo ciertas decisiones afectan de forma directa a nuestro propio bienestar. Quizás si somos conscientes del dolor de espalda evitaríamos el peso en ella, no? Por poner un ejemplo.
Aqui os dejo el resultado de uno de mis alumnos. Lo cierto es que salen muchas buenas conversaciones en clase a raiz de este ejercicio y lo mejor es ver la cara de asombrados al descubrir sensaciones tanto físicas como emocionales en zonas en las que nunca se habían parado a pensar antes.
Ya me contareis los resultados si lo practicáis vosotros en clase o en casa.
Un saludo,