El caso es que durante la hora que estuve esperando mi desayuno y mis besos tuve tiempo de pensar en lo que este día significa para mi. Es cierto que es muy bonito y halagador que exista un día para celebrar a la madre. Pero por algún motivo me puse a preguntarme hasta qué punto la madre es responsable de cómo se desarrollan sus hijos. Hasta qué punto su comportamiento es un reflejo de nuestras enseñanzas y qué es producto de su inclinación como individuales y de su propia personalidad. Aqui, ese debate existe en todas partes: padres hablan de ello en sus charlas tomando café, en los parques viendo jugar a sus hijos, y en los colegios durante las reuniones con los profesores para analizar el progreso académico. Pero más allá de los debates coloquiales, este debate existe en el mundo académico de la psicología. Lo que aquí se llama "Nature versus nurture."
Una de las primeras lecciones que aprendí en una de mis clases iniciales en la psicología infantil es que los tres primeros años de la vida de un niño son muy importantes.
Aquí hay un artículo que responde algunas preguntas básicas acerca de la influencia que tienen los estímulos a los que los niños están expuestos en sus primeros tres años.
Al estudiar psicología y estar particularmente interesada en la niñez, he observado detenidamente la influencia que yo tengo en mis hijos.
Hay varios aspectos en la vida de mis hijos en los que me he dado cuenta de que soy una gran influencia.
1.-) ESTADO DE ANIMO.
Todos sabemos que los bebés no sólo son capaces de reconocer las expresiones de los adultos sino también de imitarlas. El cerebro humano tiene unas neuronas llamadas "mirror neurons" que reflejan las emociones expresadas a nuestro alrededor. Ese es el motivo por el que los bebés sonríen en respuesta a una sonrisa que ven. Cuando vemos una expresión en la cara de alguien, no sólo la reconocemos sino que la parte de nuestro cerebro responsable por tal emoción también se enciende. Estas neuronas no sólo se encienden en momentos agradables. Si mamá esta estresada, aunque no lo exprese el bebé se estresa también. Y yo lo he experimentado con mis hijos desde el primer día. Nosotros somos el mundo entero de nuestros hijos a esa edad en la que somos el contacto más importante de su vida y ello nos miran detenidamente. Así como un bebé imita nuestros gestos, un niño un poco más mayor copia nuestros tonos de voz al hablar, nuestra respuesta ante una situación estresante, e incluso nuestras muestras de amor. Es increible pero si te paras un momento para ver a tus hijos en un momento en el que te enfadas por algo, te darás cuenta de que te están mirando como analizándote. Te ha pasado alguna vez? Ellos, que todavía no saben ni leer, aprenden de la vida y de cómo vivirla a través de nosotros. Por eso me di cuenta muy rápido que tendría que aprender a respirar más hondo y a tomarme mi tiempo antes de reaccionar ante un acontecimiento.
Desde que Unai era bien pequeñito me di cuenta de que siempre respondía mejor a la disciplina si yo le hablaba en un tono neutro y cariñoso, incluso en momentos en que estaba siendo bastante desafiante, que si levantaba la voz para hacerme respetar. Y de esta forma no sólo soluciono el problema más rápido sino que también le estoy enseñando a él cómo afrontar los problemas.
2.-) DAR EXPLICACIONES
A veces pienso que un "porque lo digo yo" viene bien. Quizás Unai me hace una pregunta en un momento en el que ando con prisa o quizás me ha hecho la pregunta de "por qué" unas 200 veces seguidas. Pero dar esta respuesta como norma no me parece correcto. No sé tu pero yo, cuando sé el por qué de las cosas, me resulta mucho más fácil hacer algo. Desde que nació Unai le hemos dado explicaciones de todo. No sólo eso, sino que le incluimos en las decisiones familiares. Si nos vamos a mudar de casa, a mandarle a un colegio nuevo, etc. le pedimos su opinión. Y por supuesto, si le castigamos por algo que hace, le explicamos de forma clara y concisa el por qué de su castigo. Hay un libro buenísimo que habla de la disciplina, más concretamente de el castigo que aquí se llama "time-out" y cómo aplicarla de forma efectiva. Prometo hablar de ello en un futuro post porque es un tema muy interesante.
Lo cierto, es que explicarle a Unai el por qué de las cosas no sólo le hace entender mejor todo y aprender las consecuencias de sus actos, sino que también le hace sentirse más adulto y en control de su vida. Esto ha creado un alto nivel en su auto estima y hoy es el día en que practica los mismos métodos con su hermano y hasta con Rocco, nuestro perro.
3.-)ESCOGE LAS BATALLAS.
Lo que aquí es muy conocido como "pick your battles" es un principio por el que algunos padres nos guiamos, porque querer que los niños hagan siempre lo que nosotros queremos es bastante irrealista. Te has parado a pensar cuántas órdenes reciben los niños al día? Desde el "levántate que hay que ir al cole, vete al baño a lavarte los dientes, vístete, no no te vistas con eso pónte esto.... hasta es hora de ir a dormir vete a lavarte los dientes" los niños reciben muchas más de 100 órdenes al día. Eso, sin contar con las que reciben en el cole o de otros adultos a su alrededor. Cómo reaccionaríamos nosotros si no tuviéramos control de absolutamente nada en nuestra vida? Yo, que soy una "control freak" como se dice aquí, llevo muy mal, por ejemplo, no estar en control por tres horas diarias de a lo que mi hijo está expuesto en el colegio, con eso te digo todo. Así que, no, no es justo para ellos que no tengan derecho a ganar alguna batalla.
He llegado a la conclusión de que, me guste o no, tengo que dejar que mis hijos "ganen batallas" de vez en cuando. Esto ha resultado ser positivo por varios motivos: como he mencionado antes, ayuda a que su auto estima sea mejor pero también acepta mejor el perder otras de las batallas, las que para mi son más importantes. De esta manera recibo mucha menos resistencia en otras ocasiones. Otra lección importante que he observado aprenden con esto es a escoger ellos mismos sus batallas. Unai también le deja a Eneko ganar batallas de vez en cuando.
4.-) PREDICAR CON EL EJEMPLO
Una cosa que de siempre me ha sacado de quicio es ver cómo reñimos a los niños por levantar la voz pero luego ellos tienen que ser testigos de nuestros gritos, bien sea dirigidos a ellos, a nuestra pareja, a su hermano, o simplemente a familiares y amigos. Creemos que por ser adultos, eso está mejor? Lo siento pero mi respuesta es: NO. Y si hace falta, lo grito ;-)
Qué credibilidad tenemos si no damos ejemplo? Ninguna. Y no sirve con decirles que somos mayores y cuando ellos sean adultos "comerán huevos" y blablabla. Estaría genial si los niños fueran capaces de hacer lo que les decimos y no lo que nosotros mismos hacemos pero ese no es el caso. Los niños aprenden de lo que ven.
Que no te sorprenda pillar a tu hijo haciendo exactamente lo que tu haces en determinadas situaciones. A veces hasta lo usan en sus juegos con los "amigos invisibles".
Un ejemplo muy gracioso de mi propia experiencia es que yo, cuando hablo por teléfono, gesticulo mucho y ando al hablar. Desde que Unai era bien pequeñito y jugaba a "hablar por teléfono" hacía exactamente lo mismo. Hasta imitaba mi tono de voz. Hoy es el día que cuando habla con alguien por teléfono, todavía me copia. Pero lo que al principio comienza como un juego, luego se convierte en parte de su personalidad. No da un poco de miedo ver nuestra influencia en ellos? Pero al mismo tiempo, nos da la extraordinaria oportunidad de inculcar buenos hábitos y emociones positivas en nuestros hijos.
![]() |
Yo no doy muy buen ejemplo a mis hijos cuando voy todos los días a Starbucks a por mi chocolate con nata. Es mi perdición y ahora mis hijos me copian. Pero sólo les dejo que tomen uno a la semana |
5.-) RECONOCER LOS ERRORES
No somos perfectos, eso es un hecho y no una opinión personal. Es extremadamente importante que reconozcamos nuestros errores a nuestros hijos. Por muy pequeño que sea nuestro error, es importante que les dejemos saber que nos hemos equivocado y pedir perdón. Si hacemos que los niños pidan perdón cuando hacen algo mal deberíamos aplicarnos el cuento. Cuando yo hago alguna tontería y lo reconozco y les digo algo así como "lo siento, he metido la pata", "perdón, me equivoqué" o algo parecido mis hijos lo reciben muy positivamente y dicen "no pasa nada mamá. Está bien." Es más si ven que alguien está haciendo algo mal, sin importar quien sea, Unai rápidamente dice: "di lo siento". También les enseña a que pedir perdón es algo bueno y que después de pedirlo y de ser aceptado se acabó el problema.
6.-) PREMIAR EL BUEN COMPORTAMIENTO Y LOS LOGROS CONSEGUIDOS
Ni que decir tiene que a todos nos gusta que se nos reconozca cuando hacemos algo bien. Por ejemplo, si nos hemos pasado tres horas en la cocina preparando un plato nuevo, un "qué rico" siempre es bienvenido y motiva a seguir probando nuevos platos porque nos sentimos apreciados.
Es lo mismo con los niños. En realidad, es más importante con ellos porque desde que nacen se enfrentan a nuevos retos cada día. Lo que para nosotros puede parecer algo normal, cómo sujetar una cuchara, para ellos es todo un proceso de aprendizaje.
Es muy importante que prestemos atención a lo que nuestros hijos hacen y reconocer sus logros. Pero la investigación en este tema nos aclara que un simple "buen trabajo" no es suficiente. Hay que ser preciso. Por ejemplo, cuando Unai me ayuda a hacer mi cama intento fijarme en cómo lo hace. Hay veces que estira las sábanas de tal manera que intenta no dejar ninguna arruga, otras veces se acuerda de todos los pasos en orden (primero ventilar la cama, estirar sábana bajera, estirar sábana encimera etc.). Cuando le doy un cumplido especifico qué es lo que estaba haciendo bien. De esta manera, es más probable que se acuerde de repetirlo la próxima vez.
Lo mismo ocurre con el comportamiento. Al tener dos hijos, es normal verles pelear de vez en cuando. Y como padres nosotros tratamos de enseñarles lo importante que es que utilicen las palabras y no las manos. En las ocasiones en que, por iniciativa propia, son capaces de resolver sus problemas por medio de las palabras siempre intento prestar atención y darles encomio. Y es gracioso la influencia que eso tiene en ellos porque lo aplican conmigo también. Cuando hago algo que ellos consideran bueno e importante, me encomian. Aquí se estila mucho que cuando un niño hace algo bien se le da una pegatina. El poder que tienen es increíble. Para los niños es casi como cuando nosotros recibimos nuestro cheque a final de mes. Es un reconocimiento y se sienten muy orgullosos de ello.
![]() |
Unai señalando las pegatinas de su título que recibió a final de su curso escolar en BalletMet |
Soy de la opinión de que tenemos más influencia en nuestros hijos de lo que imaginamos y es por eso que considero mi deber enseñarles comportamientos apropiados y darles las herramientas necesarias para enfrentarse al mundo cuando yo no sea la influencia más importante en su vida. Los tres primeros años crean la base de su personalidad. Si les enseñamos a sustituir los malos hábitos con otros más positivos les estamos enseñando maneras más apropiadas de enfrentarse a situaciones desafiantes. Una nueva línea de investigación ha surgido en los últimos años en los efectos que tiene en un persona las emociones positivas. Es el movimiento de "positive psychology" y de lo que trata en pocas y simples palabras es de estudiar la fortaleza de las personas en lugar de sus debilidades y sacar provecho de ellas en las situaciones difíciles. Y las emociones positivas forman parte de la inclinación que una persona tiene a determinadas enfermedades mentales. En palabras más sencillas: cuantas más emociones positivas una persona experimenta menos tendencia tendrá a sufrir de depresión o ansiedad así como otros problemas. La investigación muestra que cuantas más emociones positivas una persona tiene más resistencia desarrolla, lo que le ayudará en momentos de desafío. Barbara Fredrickson es una pionera en este tema, y yo estudié mucho todo su trabajo cuando estaba haciendo mi tesis en la universidad. Aquí podrás encontrar algo de su investigación si te interesa aprenderlo un poco más a fondo.
Por supuesto, no sólo basta con enseñarles qué es lo correcto. Es crucial que nosotros mismos como adultos lo practiquemos en nuestra vida. Ellos aprenden de lo que ven. Es algo que trato de recordarme todos los días al levantarme de la cama y en momentos en los que, por qué no decirlo, me agobian.
Al final del día los niños nos quieren de manera incondicional y te sorprenden con su sonrisa hasta en los momentos en los que tú no estás de tan buen humor. Son buenos por naturaleza. Aquí están las manos de mis dos amores plantadas en una maceta, con sus corazones y palmas bien abiertas. Dispuestos a recibir de nosotros lo que les demos. Es nuestra responsabilidad regarles apropiadamente, ni mucho ni poco, todos los días. Pero hay que tener cuidado con qué les regamos. Buenos ejemplos son los que les harán crecer sanos.
![]() |
Prometo que este dibujo que me hicieron de regalo no fue en predeterminación para ayudarme a ilustrar un punto. Fue una sorpresa total gracias a su maravilloso padre |
Feliz Día mamás!!!
No comments:
Post a Comment