Sunday, May 25, 2014

Momentos de calidad

Desde el momento en que Bill y yo empezamos y a lo largo de nuestra vida juntos ha habido determinados momentos en los que he sentido una felicidad absoluta.  Me acuerdo del día de nuestra boda, y sí las bodas son muy bonitas y llenas de emociones y estímulos pero para mí hubo un momento muy concreto en el que por un instante no hubo ninguna otra distracción más que yo mirarle y sentir algo dentro que no encontré en ese momento otra palabra para describirla que "felicidad absoluta."  Ese momento fue en el que le vi por primera vez mientras caminaba del brazo de mi padre hacia él para por fin casarnos. Nos casamos en la casa de su padre, en el jardín, una boda muy sencilla.  Lo único que yo quería en mi boda fue casarme al sol.  Bueno, pues mi padre y yo salimos de la casa y según torcimos hacia el pasillo que me dirigía a Bill sentí esa emoción tan poderosa.  Aún es el día que cierro los ojos y puedo sentir lo mismo.
Mi primera reacción al salir fue buscarle con la mirada. Ese fue el momento


Todos luchamos por tener ese sentimiento de "felicidad absoluta" pero a veces nos dejamos distraer con los problemas cotidianos y no somos capaces de ver los muchos momentos en los que todo es perfecto, aunque sólo sea por un par de minutos.  Es normal, a veces la vida se complica mucho, tienes hijos, trabajas horas largas, y luego tu mente está llena de las obligaciones que todavía tienes que cumplir antes de que se termine el día.  Y en nuestro afán por terminar todo y cumplir con todas las obligaciones, es muy probable que esos momento se nos escapen de nuestra atención.

A mi eso me pasó mucho cuando nació Unai.  Estaba atendiendo la universidad, trabajando, y preparando mi tesis, eso sin mencionar las pocas horas de sueño por tener un recién nacido.  No es que no fuera feliz pero eran pocos los momentos en los que mi mente no estuviera ocupada con las cosas que todavía tenía que hacer u otras preocupaciones.  Un día algo pasó, algo estábamos haciendo y me sorprendí a mi misma pensando "esto es un momento de calidad."  Y es así cómo empecé a notar muchos otros momentos de esos.  Para mí esos son los momentos en los que no hay nada más que ocupe mi mente y en los que estoy disfrutando a tope de cualquier tontería que mi familia y yo estemos haciendo.  Generalmente son momentos sin mayor importancia pero son momentos en los que no cambiaría nada de lo que está ocurriendo y que me hacen apreciar mucho más la vida y la suerte que tengo de tener lo que tengo.

Unas navidades, después de hacerme seguidora empedernida de Pinterest, encontré un pin en el que te daban la idea al empezar el año de poner en un bote papeles con los momentos maravillosos que experimentas a lo largo del año y al final del siguiente año leerlos todos.  Fue un experimento muy bonito y una experiencia interesante.  Las navidades suelen ser un momento un poco triste para mi porque me recuerdan la ausencia de mi abuela y el hecho de que estoy tan lejos de tantos seres queridos así que el poder leer todos esos momentos bonitos que he vivido a lo largo de un año con mi familia me hicieron ver mi vida con mejor perspectiva.

Ahora quiero compartir contigo mis "momentos de calidad" y si te parece buena idea te animo a que de alguna manera anotes mentalmente o por escrito algunos de los que tu experimentes para recurrir a ellos en otros momentos más difíciles.  Me encantaría si luego me dices cómo te resultó el experimento.  Si tienes alguna otra idea compártela, me encanta probar cosas nuevas.

Aqui van mis momentos de calidad de esta semana:

1.-)  Este momento me hizo darme cuenta de que mi bebé se está haciendo mayor.  El lunes, cuando se despertó por la mañana, dijo:"mamá, pis, baz rum, big boy." Desde entonces ha pedido usar el orinal y lo cierto es que es bastante consistente.  Me encanta que tenga la iniciativa pero al mismo tiempo me hace aprovechar lo poco que le queda de bebé aún más.
Se siente tan mayor mi bebé

2.-)  Amo a mis hijos y por ellos haría y daría lo que fuera pero lo cierto es que ellos me dan mucho más a mi de lo que yo nunca podré darles.  Cada vez que salen al jardín, van de paseo, a jugar al parque, a comprar al supermercado, o a cualquier otro sitio, si ven una flor se paran para cogerla y dármela.  A veces me sorprenden cuando estoy en casa y llegan con su padre y a veces van conmigo y me hacen parar para poder darme la flor.  A veces si no ven una flor, me traen una hierba.  Puede parecer una tontería pero el hecho de que piensen en mi ya es más que suficiente y hace que mi día sea mucho mejor.

Algunas de las flores que el otro día recogieron en el jardín mientras yo cocinaba.  

Tan cierto


3.-)  No son muchos los momentos en los que tengo el privilegio de ver a mis hijos dormir.  Seguimos unas reglas estrictas en lo referente porque la experiencia nos ha enseñado que romperlas tiene su precio.  El caso es que a veces, como uno de estos días, Eneko, se despertó pronto por la mañana y vino a nuestra cama donde le vi dormir por un ratito.  No hay mejor paz en el mundo que cuando miras a un bebé dormir.   Su respiración es tan suave y sus ojos se ven tan descansados.  Esa paz es contagiosa y me pasaría la noche entera mirándoles.
Aquí fue cuando ya se estaba despertando con esa sonrisa dándome los buenos días



4.-)  Con el buen clima que se presentó esta semana decidí darle una mano de limpieza al coche.  Con niños es muy difícil tener el coche limpio.  Quizás debería prohibir comer galletas en el coche u otras cosas pero, bueno, al fin y al cabo después de una limpieza el coche vuelve a estar como nuevo y que al fin y al cabo ellos son más importantes que un coche limpio.  Lo gracioso fue que cuando me vieron sacar el aspirador para limpiar el coche y demás se ofrecieron rápidamente a ayudar y trajeron sus propios utensilios.  Y lo cierto es que ayudaron bien.  Al final, les puse música en el coche y les di su pequeña recompensa por el trabajo bien hecho.
Unai saltando al ritmo de la música



5.)  Esta semana fue el final del curso de Ballet de Unai.  Los padres fuimos invitados a ver la función que prepararon para nosotros.  Unai no me pidió que le apuntara a clases de Ballet pero desde el primer día lo ha disfrutado de todo corazón y le gusta practicar en casa.  Verle fue uno de los placeres más grandes de mi vida.
Su dedicación, afán por hacer lo correcto y entusiasmo me hacen sentir una gran admiración 

6.-)  Esta semana el tiempo ha sido aceptable.  Aquí las temperaturas son extremas así que cuando hace buen tiempo aprovecho para hacer algo divertido con mis hijos fuera de casa.  Esta semana fuimos a dar de comer a los patos que viven cerca de nuestra casa. 
Verles darse la manita para andar y hablar de sus cosas hace que mi corazón se llene de felicidad


Dando de comer a los patitos, viéndoles acercarse, esperando pacientemente y su sonrisa de satisfacción y orgullo cuando comen el pan que les lanzan



7.-)  El hecho de estar tan lejos de mi hogar hace que a veces me sienta bastante alejada y pierdo el contacto con lo que pasa de vuelta en casa.  Nuevas caras en el cine, gente que se va, nuevos talentos.  No es que sea de gran importancia pero por algún motivo hace que me sienta un poco desconectada.  Los momentos en que, finalmente, me siento a disfrutar de algo que cuando estaba en mi país no le daba mayor importancia, son ahora grandes momentos de calidad para mi.
Poder enseñarles a mis hijos parte de mi cultura hace que me sienta más conectada a ellos.  Son pocos los momentos en los que tengo la oportunidad de hacerlo dado que me casé con un americano y no tengo ningún contacto que sea de España aquí. 


Al ver esta película recordé expresiones, gestos, emociones que alli son tan normales y aquí no.


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